En este artículo, reseñamos los capítulos 12 a 15 de la séptima temporada correspondientes al tercer disco.
La verdadera genialidad: El equipo viaja a San Francisco cuando una serie de asesinatos lleva a
creer que El asesino del Zodíaco podría haber regresado. Mientras tanto,
Reid reflexiona si podría hacer algo más con sus habilidades de genio.
La relación malsana de dos amigos pone en relieve que su obsesión con el Zodíaco llegó a algo más. Un capítulo que nos demuestra que cualquiera puede esconder un secreto oscuro.
Sujeto desconocido:El equipo es llamado para buscar a un violador en serie de Houston
conocido como El pianista, que ha vuelto y está atacando a sus víctimas
anteriores. Por otra parte, Prentiss comienza un tratamiento por la
experiencia traumática causada por Ian Doyle.
Interesante episodio en el que la trama se divide en dos con la investigación del violador y por otro lado cuando una víctima secuestra al supuesto sujeto. Las dudas de la identidad de sí es el asesino o no sobrevolarán todo el episodio.
Ojos de serpiente: Los agentes de la UAC prueban su suerte en Atlantic City, cuando el
equipo es llamado para investigar una serie de asesinatos ritualistas
relacionados con el casino. Mientras tanto, después de una pelea con su
novio Kevin, García piensa que podría haber pasado algo con Morgan.
Caso con asesino ludópata que al principio es algo soso pero luego va mejorando conforme al personaje se va volviendo cada vez más loco.
Hora de cierre: El equipo se dirige a las playas de California tras la aparición de
varios cadáveres en torres de salvamento en la costa. Deberán averiguar
que tienen los cuerpos en común y quién ha podido hacerlo. Por otro
lado, Hotch invita a Beth a salir.
Villano poco interesante pero uno de los casos más amenos y dificiles de resolver las motivaciones del asesino de la serie.
Poca cosa: La UAC investiga una serie de brutales robos y asesinatos en hogares de
Inland Empire, en California. Al parecer, se trata de ataques
relacionados con bandas callejeras, pero la investigación pronto arroja
una motivación aún más siniestra.
Racismo y políticos corruptos en un coctel explosivo en el que el fanatismo está al servicio de la avaricia.
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