Año publicación: 1980
Autor: Dean Koontz
Número de páginas: 368
Argumento:
Colin y Roy son tan opuestos que nadie diría que puedan ser los mejores amigos. Colin está fascinado por Roy, y Roy está fascinado por la muerte... Un día, Roy le pregunta a Colin: «¿Has matado alguna vez?»... Desde ese momento, los dos amigos se implican en un juego terrorífico, un juego tan irresistible que no pueden parar.
Opinión personal:
Otra novela que me meto al coleto de Dean Koontz y otra que, desgraciadamente, no alcanza las expectativas creadas. Si habéis leído mis anteriores reseñas de Koontz ya sabréis que pienso que es un tipo muy blandito, a veces abusa del pseudogore, pero el tipo nunca se atreve a traspasar el límite psicológico que es más interesante y duro que el físico. Y este es el problema de esta novela.
Durante la primera mitad del libro asistimos a la seducción de Roy sobre su amigo Colin, como poco a poco va introduciendo temas más oscuros y su obsesión para matar y como el amigo más pringadete se deja llevar. La historia vuela y al haber muchos diálogos se lee como el agua y con ganas de saber hasta donde llegará Roy y cual será el límite de Colin. Pero llega un punto en que Colin frena a su amigo, como era previsible, pero luego la historia toma ciertos derroteros inverosímiles con adultos que no quieren creer a hijos que están al borde de la muerte y planes desquiciados y redenciones que no vienen a cuenta.
Puede que Koontz se hubiera atrevido a llegar más lejos de haberlo hecho con personajes de 20 años en lugar de 14 ¡Pues haberlo hecho so melón! Ni que nadie le hubiera obligado a que sus personajes fueran apenas unos pubescentes(aunque a esa edad impacta todo más). En fin, una novelita entretenida pero que no alcanza todo el potencial que debe porque el propio autor se frena a sí mismo.
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