Año publicación: 2013
Autor: Tim Lebbon
Número de páginas: 288
Argumento:
"Allí tenían monstruos." Eso fue lo que Tom oyó sin querer en el bar esa noche. Y oyó más cosas que podrían llevarlo al fin a averiguar la verdad sobre la muerte de su hijo, diez años antes. "Un desgraciado accidente durante unas maniobras", le había comunicado el Ejército. Pero entonces ¿por qué habían sellado el ataúd en el que lo habían enviado a casa? Así que una noche oscura, en un campo desolado, Tom empieza a excavar la fosa común donde espera (y teme) encontrar los restos de su hijo. Lo que encuentra en su lugar es el horror: cadáveres encadenados, descompuestos, decapitados, mutilados. Y una niña podrida, aparentemente muerta, que sin embargo le promete a Tom ayudarlo a encontrar lo que está buscando si la libera?
Opinión personal:
Segunda novela que leo de Tim Lebbon tras la algo irregular El rostro y nos presenta una historia que nos habla de la pérdida y la familia dotándola de aire de road movie y mucha violencia.
Es una lectura entretenida pero no esperéis a los clásicos berserkers nórdicos, las criaturas que aquí aparecen( y no demasiado rato) son una mezcla extraña entre vampiros y licántropos. La fuerza de la novela es como Tom sigue adelante, manipulado por la pequeña Natasha(a veces dulce y otras cabrona) y perseguido por el implacable Cole que cree estar haciendo lo correcto.
El blanco y el negro se vuelven difusos, el único "bueno" es Tom, ya que aunque Natasha no puede evitar ser como es, no es sencillo creer en ella. Y Cole tiene sus razones para acabar con los berserkers (y más cuando los vemos en acción) pero su autoconvencimiento de que es buena persona no se lo cree nadie. Demasiados daños colaterales.
Una novela amena que se me hizo corta y me habría gustado ver menos "persecuciones de coches" y más berserkers en acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario