Seguimos con nuestro repaso a la octava temporada de Mentes Criminales.
En este artículo, reseñamos los capítulos de la octava temporada correspondientes al tercer disco.
Perennes:La UAC se dirige al sur para investigar a un veloz asesino cuya firma coincide con la de un asesino en serie de hace 30 años. Además, el equipo se entera de que alguien les está siguiendo e imitando los crímenes que ellos ya han resuelto.
Un asesino obsesionado con la reencarnación y con muchos momentos asquerosos relacionados con gusanos para un episodio adictivo como siempre que juegan con lo "no sobrenatural". El final nos muestra la trama de la temporada con un copycat que va copiando los asesinos de esta temporada.
Zugzwang: Cuando Reid descubre que su novia ha sido secuestrada por su acosador, él y la UAC trabajan juntos para encontrarla antes de que sea demasiado tarde.
Capítulo con acosador sorpresa pero que sube enteros gracias a la idílica y romántica relación de Reid y Maeve que termina de forma trágica. Un capítulo muy emotivo.
Obra maestra: Mientras Reid hace frente a la pérdida de Maeve, el resto de la UAC viaja a San Francisco para investigar las víctimas descubiertas completamente desangradas, en el Distrito de la Misión.
Un asesino "de relleno" con la gracia de la pintura de por medio pero que sirve para que Reid se vaya recuperando tras 2 supuestas semanas alejado de la UAC y se deje apoyar por sus amigos.
Lo único que queda:Cuando las hijas de Bruce Morrison, un escritor cuya esposa desapareció misteriosamente hace un año, desaparecen en el aniversario de la desaparición de su madre, la UAC se ve obligada a estudiar a Morrison como posible sospechoso.
Muy buen episodio en el que se juega con el espectador todo el rato con un protagonista que parece tener doble personalidad pero el verdadero asesino resultará ser algo mucho peor.
Roto: La UAC viaja a Austin para investigar a las víctimas cuyos relojes marcan una hora inexacta, una pista que puede conectar los crímenes. Mientras tanto, el sujeto que los espía, se acerca cada vez más. A priori parece el típico caso de asesino homosexual que no se acepta a sí mismo pero que deriva en una denuncia de esos campamentos que "transforman" a los gays en heteros con métodos casi nazis.
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