Opinión(posibles spoilers de este volumen y de anteriores):
Este sexto tomo empieza con la victoria de Jolyne, FF y Anasui sobre Kenzo. Me costó visualizar y entender la pelea, no os voy a engañar, pero el progresivo aspecto de Kenzo en goblin me gustó mucho. Poco después, el trío sigue al enano que ha robado el hueso de Dio y ven como se transforma en una especie de planta, al igual que el resto de presos del pabellón. Al tocarlo, a Jolyne le empiezan a crecer plantas en el cuerpo también, pero van más lentas si se mantiene en la sombra, y, de repente, descubren un extraño bebé verde en medio de la plantación. Esconde en su interior el hueso que busca Whitesnake y Jolyne se lo lleva consigo, pero cuando escapan del pabellón un extraño y servicial stand llamado Yo yo-Ma se lo traga y por más que lo golpeen no logran hacer que lo vomite. FF se separa de Anasui y Joline para buscar al portador de ese stand a distancia y se da cuenta entonces que la saliva del monstruito es corrosiva. Sin que se enteren, su saliva logra atacar la boca de Jolyne dejandola muda y Anasui solo logra derrotarlo al descubrir que es un stand de rastreo y usando su poder Diver Down para clavar una rana en su cerebro y que Yoyo-Ma se comporte como una rana para siempre. Aunque era un personaje grimoso me dio hasta lástima su final.
Por otro lado, FF acaba con D&G, el portador de Yoyo-Ma antes de que el cura Pucci, que ya se ha desvelado como el usuario de Whitesnake, logre interrogarlo, pero FF pierde su cuerpo y debe buscar un nuevo portador. Mientras, el huevo ya ha eclosionado y ha nacido un bebé con un poder sorprendente: cuanto más te acercas a él, más te encoges.
Otro buen tomo de Jojo, en el que parece que la trama avanza un poco más y con combates grimosos. Mi teoría desde hace tiempo es que ese bebé será un proceso de Dio para renacer pero con este manga nunca se sabe...
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