Año publicación: 1979
Autor/a: Robert Silverberg
Número de páginas: 314
Argumento:
En Borthan, un planeta colonizado cientos de años atrás, la humanidad vive en paz, sin embargo el precio pagado parece demasiado elevado: nada es considerado más obsceno que el compartir los propios sentimientos con otro humano, y se ha prohibido el uso de la palabra "yo". Kinnall Darival es un hombre que lo tiene todo en la vida para ser feliz. Solo una cosa le perturba: las convenciones sociales le impiden expresar sus sentimientos a la persona amada. Cuando conoce a Schweiz, un comerciante de la Tierra, este le ofrece una sustancia mágica capaz de derribar los muros entre las almas de los hombres. El sistema de valores de Darival se trastoca y experimenta cada vez más dudas que le conducirán a ser un proscrito entre los suyos y a provocar el dolor entre aquellos a los que ama.
Opinión personal:
Narrado en primera persona por Kinall, el protagonista, Silverberg nos presenta una sociedad ajena a la nuestra que ha florecido en un planeta inhóspito. Todos los díalogos(excepto cuando Kinnall "transgrede") de la novela son "Uno cree que es mejor hacer esto" ya que el pronombre de la primera persona es considerado un tabú mortal. No sólo eso, sino que abrirse a los demás o expresar realmente sus sentimientos está visto casi como un pecado y por ello sólo pueden hacerlo ante drenadores (una especie de feos confesores que cobran por tal servicio) o con los hermanos vinculantes de cada uno.
Los hermanos vinculantes no son de sangre, son elegidos por los padres de cada niño y cada uno tiene uno de cada sexo pero que no pueden ser vinculantes entre sí. Sólo ante ellos se permite mostrar su verdadero rostro.
Leyéndose como unas memorias, a través de los ojos de Kinnal (primero noble caído en desgracia, luego leñador, funcionario de alto nivel y fugitivo) vemos ese mundo en el que los contratos lo son todo y en el que la propia intimidad lo es. Una novela del 79 pero muy hippie, muy pro drogas "abremente" pero también un autoexamen hacia nosotros mismos, el Nuevo Testamento contra el Viejo, la libertad contra la inquisición y también como romper barreras y no temer a amar.
Buena novela, con algunos pasajes más farragosos, pero que me ha gustado mucho. No está llena de acción y el factor ciencia ficción está más enfocado a ese mundo de extrañas normas(y sus animales) y a los efectos fantasiosos de la droga pero vale mucho la pena.