Una pareja barcelonesa con gustos frikis. Y ahora con más robots asesinos que nunca

martes, 21 de julio de 2020

Kengan Ashura(Reseña anime)

Título:Kengan Ashura

Nª de episodios:
24

Estudio de animación:
Larx Entertainment

Año de emisión:
2019

Género:
Acción, artes marciales


Sinopsis:

Ohma Tokita se adentra en un submundo en el que las disputas empresariales se solucionan a base de brutales peleas. El dinero le da igual: él solo quiere luchar y ganar.





Opinión personal:

Basado en el manga homónimo de Yabako Sandrovich y Daremeon, nos encontramos ante un anime de peleas sangrientas con cierta base real que destaca por su mezcla de animación 2D y 3D cell shading.

La historia apenas es compleja, el protagonista, Ohma, básicamente sólo quiere darse de ostias con todo el mundo aunque tiene el trasfondo de querer vengarse del hombre que asesinó a su maestro. Son el resto de luchadores, que son muchos, los que son más interesantes ya sea gracias a su carisma, su diseño o a sus estilos de pelea. A final de la primera tanda de doce episodios, tenemos ya la trama en marcha gracias al desarrollo de un torneo sobre un barco y ahí la cosa se pone más emocionante con los diferentes luchadores que aparecen. La lástima es que la serie termina con el torneo a medias (creo que todavía van por octavos de final) y con varios frentes abiertos pero algunos combates son tan brutales como divertidos y, pese al cierto realismo que se le presupone a los combates, poco a poco van abrazando la locura. Tenemos a una especie de hombre zombie que no sufre dolor, a un gordo de 300 kilos, a un condenado a muerte que puede mover sus músculos para no ser herido, a un luchador médico que tiene armas escondidas en su propio cuerpo, a un policía justiciero que es un psicópata más que otra cosa, al rival del protagonista que siente una especie de obsesión semisexual con él,etc...

En definitiva, un anime entretenido para los que os gusten los combates que duelen y poco más, no esperéis ni grandes personajes ni un transfondo serio. Es sólo adrenalina y piñazos, y a veces es lo que necesita el cerebro para desconectar del día a día.




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