Sigo con la lectura tomo a tomo de la edición de Jojo Bizarre Adventure
publicada por Ivrea. Ojalá las ventas acompañen para que podamos ver
todo lo publicado. Ya nos hemos plantado en la segunda saga, Battle Tendency, que durará cuatro tomos.
En este tomo damos un salto de 50 años y pasamos de Londres a Nueva York. Allí conoceremos a Joseph Joestar, nieto de Jonathan y al que también llaman Jojo para encontrarse con su viejo amigo Speedwagon. Pero éste ha sido asesinado en una expedición por Straits, antiguo discípulo del maestro del Hamon, que tras conocer a Dio se obsesionó con su poder y robó una máscara igual a la suya en una piramide. Allí descubren también el cuerpo de un hombre petrificado que parece tener más de 4000 años y que puede estar relacionado con las máscaras de piedra. Con su nuevo poder, viaja a NY para eliminar a Jojo y su abuela Erina, las dos únicas amenazas que quedan. Tras una dura batalla (y con mucho gore) Jojo logra derrotar a Straits y viaja a Méjico ya que cree que su amigo Speedwagon siga vivo.
Allí, un grupo de nazis liderado por el comandante Stroheim está interrogando a Speedwagon sobre el misterioso hombre del pilar al que apodan Santana. Pero los extraños poderes de ese hombre primitivo(al que despiertan con la sangre de unos pobres prisioneros) son casi divinos y puede retorcer su cuerpo para escapar por el conducto de ventilación y asesinar a casi todos los soldados. Sólo la llegada providencial de Jojo salva a Speedwagon y logra derrotar a Santana gracias a la ayuda de Stroheim y de la luz solar. Pero poco después, descubren que en el grabado que les avisaba de la presencia de Santana, hay tallados tres rostros más. Y los nazis parecen haberlos descubierto también.
Este Jojo es tan bueno como su abuelo y puede que incluso más fuerte
pero es más bocazas que caballeroso y eso le mete en problemas con
facilidad. Un tomo lleno de acción, más directo que la anterior saga, pero con menos terror. También se atisba la llegada de un nuevo aliado en Roma y tres poderosos enemigos en el horizonte.
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