En este tomo, continúa el viaje del grupo de Jotaro por India y prosiguen sus enfrentamientos contra los esbirros de Dio. Jotaro vence facilmente a la anciana Enya al absorber su stand pero ella es posteriormente asesinada por otro secuaz de Dio: Steely Dan. Su stand es debil pero logra meterse dentro del cerebro del abuelo de Joseph y todo daño que le hagan lo sufrirá él. Finalmente, gracias al ingenio de Polnareff y Kakyon (quienes introducen sus stands también dentro del cerebro de Joseph), Jotaro vence a Steely Dan y reanudan su camino.
Llegan a Abu Dabhi y cruzan el desierto, tras unas divertidas e infructuosas instrucciones de Joseph de como montar en camello. Allí el sol les achicharra y descubren que se trata de un stand que trata de asarlos vivos, por suerte, descubren el escondite de su portador(tras un espejo que provoca la sensación de más desierto) y lo derrotan facilmente ya que es muy debil en realidad.
Kakyoin tiene una extraña pesadilla en la que oye el llanto de un bebé, está en una noria y es atacado por una especie de payaso con una guadaña.Al despertar, no recuerda nada del sueño pero en el pueblo se encuentran a un perro muerto y a un bebé lloroso febril al que deben de llevar en avioneta al pueblo más cercano para que lo vea un médico. El grupo de Jotaro acepta llevarselo con ellos para que lo curen, y de paso acortar el camino en avioneta, pero cuando Kakyoin se duerme, vuelve a sumergirse en el mundo pesadillesco y es herido. Él sospecha del bebé pero nadie le cree hasta que todos caen atrapados en un sueño profundo pero no pueden usar sus stands. Tan sólo, Kakyon lo tenía previsto y lo activó antes de caer inconsciente por un golpe de Polnareff(al ver que iba a atacar al bebé) y así logra logra vencer al bebé.
Un tomo que podríamos decir que se resume en la batalla contra los dos stands pero, pese a la brutalidad habitual del manga, son casi más bien humorísticas y se leen en un santiamén.
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