En este artículo, reseñamos los capítulos 5-8 de la tercera temporada correspondientes al segundo disco.
Siete segundos: Una niña desaparece en un centro comercial mientras está con sus tíos y su primo.La BAU cerrará el recinto para lograr encontrar a la niña y al secuestrador.
Capítulo tenso por la trama contrarreloj y duro dado que trata el tema de la pederastia.
Sobre la cara: La Unidad de Análisis de Conducta recibirá a David Rossi. El veterano agente aportará su experiencia e intuición en el primer caso al que deberá enfrentarse: la localización de un sádico asesino en Dallas que anunciará sus crímenes mediante la distribución de folletos con la imagen de sus víctimas.
Un asesino más propio de un slasher ochentero pondrá en jaque a la unidad mientras Rossi deberá aprender a trabajar en equipo o pondrá en peligro a personas inocentes.
Identidad: Un antiguo militar pondrá en jaque a Hotchner y a sus hombres tras
secuestrar y asesinar a tres mujeres en Montana. Una nueva desaparición
obligará a la Unidad de Análisis de Conducta a trabajar contrarreloj
para intentar salvar la vida de la mujer.
Un asesino que se quería un señor feudal, locos de Montana, un imitador... de todo para uno de mis capítulos preferidos con un villano que sale poco pero es memorable.
Afortunado: Derek Morgan sufrirá una profunda crisis existencial a raíz de la
investigación de un asesino en serie con tendencias caníbales en
Bridgewater, Florida. Sin embargo, el resto de miembros de la BAU, en colaboración con las autoridades locales,
intentarán recabar los datos necesarios para la localización del
homicida antes de que cometa más crímenes atroces.
Siempre que MC mezcla la religión con los casos le suelen salir episodios muy buenos. En este, tienen a un tipo que dice estar poseído y que es pura maldad(canibal que da de comer sus víctimas a sus familiares) y en el que las dudas de si es real o no hacen mella en el equipo. El final con el supuesto novio de Penélope disparandole en el pecho es la guinda final de un episodio redondo.
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