Año publicación: 2003
Autor/a: Bentley Little
Número de páginas: 429
Argumento:
Desempleado, divorciado y viviendo en un nuevo estado, Hunt Jackson sería considerado un riesgo por la mayoría de las compañías de seguros. Por suerte para él, ha encontrado la póliza perfecta. Todo lo que tiene que hacer es firmar en la línea punteada y observar una disposición menor: requieren una libra de carne para su inversión. Sin retroceder. No es broma. No huir.
Opinión :
Estados Unidos es, sin duda, uno de los peores países ricos occidentales para caer enfermo. Ya al principio de la novela nos muestran como rechazan a un tipo apalizado por una banda y al que no quieren dar la más mínima asistencia médica. En esa línea, Little nos presenta una de sus novelas que el denomina como "satíricas" (a mí me ponen de mala leche en el buen sentido) con una aseguradora ultramalvada capaz de llegar a límites brutales para no perder dinero. Ya la primera llamada de Hunt al seguro cuando es atendido por el inquietante telefonista y la cancioncilla burlona genera mal rollo así como la decoración que ponen en su casa para sustituir la vandalizada.
Como pasa en este tipo de novelas de Little, lo que parece una cuestión menor más o menos probable acaba tomando unos tintes siniestros y la indignación y la mala leche se apoderan del lector. La impunidad de la aseguradora es irritante pero sus métodos son cada vez más fántasticos y terroríficos como acusar al protagonista de pederastia pero luego hay momentos terroríficos como el dentista cabrón o el hospital de maternidad con médicos payasos que ... bueno no diré nada para no destripar pero hijos de puta es decir poco. Incluso el "enfrentamiento final", los planes de los protagonistas y la guarida y origen de la aseguradora me gustó mucho. Es surrealista a tope pero era como entrar en una pesadilla burócratica demoníaca y que encima aterrorizaba. Me ha gustado mucho.
PD:No sé si hay guiño o inspiración en "Corazones en la Altántida" de Stephen King pero esos siniestros agentes de seguros me recordaron a los inquietantes hampones de chaquetas amarillas.
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