En este tercer tomo de la edición tocha de Kaiji, nos situamos 4 meses después de los eventos del barco. Kaiji vive en un "perfil bajo", trabajando por poco dinero en un supermercado y con la espada de Damocles de la cuando vendrán los recolectores de deuda. Su jefe le acusa de robo y todo resulta que en realidad había sido una trampa de su compañero Sahara, quien luego intenta quedar bien con él, pero Kaiji le ignora. Poco después, recibe la visita de su acreedor y no tiene más remedio, si quiere vivir sin deuda, que unirse al próximo juego en el que se encontrará con Ishida de nuevo y con Sahara. El juego se trata de recorrer una barra cada vez más estrecha sobre una altura de unos 8 metros, el primero se llevará 20 millones, el segundo 10 y el resto nada y pronto se darán cuenta de que la mejor forma de ganar es empujar al compañero que va delante.
Brutal la tensión, la codicia, la bajeza humana y como se aprovechan seres sin escrúpulos de los desesperados. Muy bueno, eso sí, las viñetas gigantes porque me he leído el tomo en un suspiro y todavía falta otra prueba más puta aún (cuando dan el giro del premio es para matarlos, hay que ser cabrones). Me encanta.
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