Título: La señora McGinty ha muerto
Año publicación: 1952
Autor/a: Agatha ChristieNúmero de páginas: 256
Argumento:
La señora McGinty aparece asesinada. James Bentley, su inquilino, es acusado del crimen y condenado a la horca, pero el superintendente Spence de Scotland Yard no cree que sea el verdadero culpable y, para demostrarlo, pide ayuda a Hércules Poirot. El detective belga conseguirá desentrañar una verdad que las pistas más superficiales habían ocultado.
Opinión personal:
En esta vigesimocuarta novela de Poirot, por fin, y después de varias novelas, Poirot es protagonista total y desde el principio. Hay muchas novelas buenas de Christie con nuestro querido detective apareciendo a mitad de la historia después de conocer mejor a los personajes y los hechos, pero personalmente disfruto más con el belga interrogando a diestro y siniestro y buscando pistas por doquier desde el principio. En esta novela también aparece como secundaria Ariadne Oliver, escritora de misterio, alter ego de la propia Christie, y que está harta de su propio y exitoso Poirot, un detective finlandés.
En cuanto a la novela en sí, de lo más entretenida, con un Poirot más sabueso que nunca, con unas antiguas fotografías de un inocente reportaje periodístico que despiertan la discordia y el recuerdo de un pasado criminal. Sospechosos a doquier, pistas falsas, un inocente acusado injustamente que con su apatía no logra la simpatía del bueno de Poirot, más muertes, intentos de asesinato y un mosaico de toda clase de personajes que quieren aparentar incluso en el pueblo más pequeño dan forma a esta lectura de lo más amena y que, para no variar, volvió a sorprenderme con su resolución. El único pero que le veo es la resolución en el epílogo, y de forma poco detallada, de una parte importante que afectaba a Poirot(no tanto al caso).
No hay comentarios:
Publicar un comentario