Año publicación: 2007
Autor/a: Alberto Vázquez Figueroa
Número de páginas: 384
Argumento:
Aquiles Troyano es un ingeniero de caminos que ocupa un puesto de responsabilidad en la Administración del Estado y que se ve envuelto en una investigación para denunciar un caso de corrupción dentro de su propio ministerio, como consecuencia del cual se producen hundimientos y accidentes en la construcción del Tren de Alta Velocidad. Lúcida y premonitoria, en ella el autor demuestra conocer a fondo los entresijos de las tramas de corrupción capaces de anteponer sus propios intereses incluso a la seguridad y hasta la vida de los futuros pasajeros.
Opinión personal:
Llevaba un tiempo sin leer a Vázquez Figueroa y me he sumergido en esta novela que habla sobre los entresijos de la corrupción, el desdén de las instituciones por los muertos y el toque sobrenatural de un hombre que habla con los espíritus de unos fallecidos.
Estamos ante una novela que, pese a ser una historia inventada, nos recuerda a muchas tragedias que hemos vivido en nuestro país y de las que sospechamos que anda detrás la mano de personas corruptas. Aquí, Vázquez Figueroa no duda en meter el dedo en la llaga y nos muestra parte de los entresijos ministeriales, con una trama para enriquecerse que sesgó muchas vidas y varios giros hacia el final que me sorprendieron.
Es verdad que a ratos, se le va la mano con sus disertaciones filosóficos sobre la vida y la muerte o el amor pero es uno de los sellos del autor y no me quejaré por ello. Es una novela tremendamente entretenida, que deja un cierto poso de tristeza y una puerta abierta para la secuela que seguramente también acabaré leyendo.
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