Rohan está investigando para descubrir el paradero del asesino y recibe la visita de un arquitecto para arreglar su casa que tiene un pánico atroz a que alguien se coloque a su espalda. Cuando, la curiosidad le corroe consigue engañarlo para versela, el arquitecto muere y su stand Cheap Trick pasa a la espalda de Rohan. Su único poder es susurrarle al oído y le exige que queme las fotos pero el stand de Rohan es inútil contra él y decide ir a ver a Jotaro para pedirle ayuda, y pegandose a la espalda de otras personas para que nadie le vea. Finalmente, Koichi acude en su ayuda pero cuando Rohan parecía a punto de ser derrotado, logra vencer a Cheap Trick: le ha engañado para llevarle al callejón de los fantasmas y al darse la vuelta para poseer a Koichi ha sufrido la maldición y es arrastrado por los espiritus. Allí, encuentran a Reimi quien se da cuenta de que el misterioso niño fotógrafo que aparece en muchas fotos comparte apellido con otro de los hombros que estaba investigando Rohan.
Mientras tanto, Kira mata a Hayato, después de que este descubriera su identidad como asesino en serie. Acorralado y desesperado, vuelve a clavarse la flecha y despierta una tercera habilidad inquietante: Another one bites the dust. Con ese nuevo poder, implanta un mini Killer Queen dentro de Hayato que siempre le protegerá pero que provoca que que, en cuanto alguien intente averiguar la identidad de Kira, el mini Killer Queen hará explotar a quien pregunte. Y no sólo eso, una vez suceda, el día se repetirá con las mismas consecuencias por mucho que Hayato(quien será el único que pueda recordarlo) intente cambiar los acontecimientos.
Un tomo buenísimo, no en vano es el penúltimo de esta edición, en la que no sólo tenemos al inquietante stand de la espalda, sino que la trama thriller/atrapado en el tiempo de Hayato demuestra lo inteligente que es Kira y lo imposible que parece que alguien le venza.
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