En esta reseña comentaremos los episodios 33-36.
Mr Bevis: Mr Bevis es un hombre estrafalario de gran corazón al que todo le sale mal y su ángel de la guarda le ofrece la posibilidad de cambiar su vida.
Historia optimista que nos hace ver que realmente el lujo y el éxito no son necesarios para la felicidad.
The afterhours: Una joven de compra en unos grandes almacenes es llevada a una planta aparentemente no existente y vacía en la que tienen lo que necesita.
Cuento de terror que realmente me sorprendió con su desenlace(pensaba que la historia iría por otros derroteros) y que deriva en una historia de fantasía y de que significa ser humano.
The mighty Casey: El peor equipo de beisbol de la liga da un giro de 180 grados cuando consiguen un nuevo pitcher: Casey. ¿Su secreto? Es un robot.
Capítulo cómico y deportivo que tiene en su mejor baluarte al entrenador malhumorado y bocazas. Muy divertido.
A world of his own: Un dramaturgo tiene la capacidad de que sus personajes cobren vida realmente.
Capítulo muy meta(¡Ese final!) que nos habla del acto de crear y de lo que realmente deseamos.
El disco también incluye Element of time, el piloto original de Twilight Zone, de más del doble de duración que un capítulo normal. Un hombre acude al psiquiatra porque lleva una semana teniendo el mismo sueño recurrente en el que despierta en 1941, el día antes del ataque japonés a Pearl Harbour.
Casi un preludio a Atrapado en el tiempo en muchos sentidos, que cambia el tono humorístico y desenfadado del principio a uno cada vez más deprimente y oscuro.
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